Arte, traducción e investigación: si mucho abarco, ¿poco aprieto?

Candela Blanco

Candela Blanco

Más de una vez hemos escuchado el famoso refrán “quien mucho abarca poco aprieta”, pero son pocas las veces en las que nos detenemos a pensar realmente qué significa o qué implicancias tiene en nuestro día cotidiano. Es más, solemos usarlo (y me incluyo) para justificar aquello que no pudo ser, que no quise hacer o que no podría hacer porque “no me va a dar el tiempo”. Hoy tengo ganas de quitarle un poco de peso y protagonismo al conocido refrán.

Les propongo un breve recorrido por mi experiencia personal que en cierto sentido será la prueba de que, en más de una ocasión, abarcar mucho y variadito es sinónimo de crecimiento individual y profesional. Mi idea es ayudar a quienes tengan dudas sobre el área en la cual especializarse o sobre qué hacer una vez terminada la carrera. Spoiler alert: acá no van a encontrar una fórmula mágica ni respuestas definitivas, pero sí, algunas ideas disparadoras para animarse a combinar la traducción con otras áreas de interés que, en mi caso, son el arte y la investigación.

Mi pasión por la traducción y la investigación comenzó a gestarse a mediados de 2011, solo que yo aún no lo sabía. Ese año, me propuse ganar una beca para irme de intercambio a Brasil. Pero no iba a ser tan fácil: había que presentar una propuesta de investigación para quedar seleccionada. Yo no sabía ni por dónde empezar, pero me dije: “sos bailarina, es casi lo único que sabés hacer, vas a tener que inventar algo con eso”. Y allá fui, con mi humilde proyecto sobre los orígenes de la capoeira, sin muchas esperanzas. Pero quedé. Y me fui. Hasta ese momento quería dedicarme profesionalmente a la danza, pero cuando volví (y hablando en portugués) mi vida había dado un giro inesperado.

Algunos años después ya era estudiante del Traductorado de Inglés en la Facultad de Lenguas de la UNC. Cuando estaba en cuarto año, me invitaron a sumarme a un equipo de investigación y acepté. Creo que no me equivoco si digo que quienes amamos las lenguas tenemos un gran interés hacia lo desconocido, hacia lo diferente y lo novedoso. Esa curiosidad que motiva a quienes traducimos, también la encontré en la investigación. Además, investigar te hace sentir parte de una comunidad y te motiva a socializar cualquier descubrimiento con esa comunidad. Por otra parte, seguía bailando. Y una vocecita interna me repetía: “¿qué querés hacer? ¿a qué te vas a dedicar? No podés hacer todo porque lo vas a hacer mal”. Era el refrán dando vueltas.

Pasaron un par de años y ya se acercaba el final de mi carrera universitaria, junto con un tornado de emociones: ansiedad, felicidad, incertidumbre, y un sinfín de etcéteras. Hice especializaciones en TAV y en localización de videojuegos. Y ahí estaba la vocecita de nuevo: “¿pero y entonces al final a qué te vas a dedicar? Si todo el mundo dice que tenés que elegir un área de especialidad”.

Finalmente me recibí y decidí que tenía que dejarme llevar por mi intuición. Hoy puedo decir que sigo formándome en las áreas que más me interesan y que aún me queda mucho más por descubrir. Por lo pronto, me dedico a la traducción, a la localización de videojuegos y, junto con mi equipo, empezamos a investigar la gamificación en la enseñanza de lenguas y de traducción. Mis conocimientos sobre investigación y danza me permiten también ser editora de textos académicos vinculados al arte. ¡Ah! Y sigo bailando. De a poco, el amor por el arte, la traducción y la investigación se fueron relacionando.

Así, conjugo mis pasiones y mi profesión de la manera que a mí me resulta, y creo que cada quien puede ir armando su camino en el mundo de la traducción como desee. A mi entender, abarcar todas las ramas que me gustan no me hace ser peor traductora. De hecho, me enriquece, porque lo que aprendo en un área suelo aplicarlo en otra. Al fin de cuentas, con organización, responsabilidad, pasión y formación constante podemos llegar muy lejos. Así que si dudás, si no sabés, si no te decidís, vos probá. Pensá qué cosas disfrutás, y poco a poco vas a poder ir combinándolas con la traducción. Armate tu propia fórmula mágica, que quien mucho abarca, mucho aprende.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

post